Hemos dejado atrás un invierno largo y frío que nos ha obsequiado con bonitas estampas de nuestro pueblo nevado, y hemos iniciado la primavera con tres días por delante para disfrutar del campo.
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No han visitado el pueblo muchas personas, pero si podemos decir que ha estado bastante animado, gracias a que la asociación ecuestre AHECO, ha iniciado una nueva temporada con una ruta a caballo con recorrido por diferentes pueblos de la zona, terminando el sábado en Higuera con una Misa Rociera para bendecir el recién estrenado ESTANDARTE con el que se identificaran a partir de ahora, convirtiéndose en santo y seña de este grupo de personas que con estas iniciativas colaboran en mantener una cierta actividad en nuestro pueblo.
El sábado amaneció templado pero con mucho viento y amenazando lluvia, cosa que ocurrió una vez entrada la mañana, pero esto no impidió a los 25 o 30 caballeros colocar sus monturas e iniciar un paseo matinal presidido por el novedoso estandarte, con la imagen de la virgen de Guadalupe por una cara y enseñas y nombre por otro.
Una vez en la plaza y los caballos colocados se inició la misa, esta estuvo marcada siempre por una bonita voz acompañada por la guitarra, y desde luego por la presencia del estandarte junto al altar sostenido por dos ilustres caballeros.Despues de la misa hubo charla-coloquio sobre la nueva normativa de identificación animal y más tade comida y fiesta hasta que el cuerpo aguantó, aunque no todo fue protagonismo de caballos y caballeros, también hubo reunión de cazadores, con todo lo que esto supone.
De esta manera le dimos la bienvenida a la primavera, que esperemos sea larga para poder disfrutar de nuestros campos.
Entre los sueltos caballos
ResponderEliminarDe los vencidos Cenetes,
Que por el campo buscaban
Entre la sangre lo verde,
Aquel español de Orán
Un suelto caballo prende,
Por sus relinchos lozano,
Y por sus cernejas fuerte,
Para que le lleve a él,
Y a un moro cautivo lleve,
Un moro que ha cautivado,
Capitán de cien jinetes.
En el ligero caballo
Suben ambos, y él parece,
De cuatro espuelas herido,
Que cuatro alas le mueven.
Triste camina el alarbe,
Y lo más bajo que puede
Ardientes suspiros lanza
Y amargas lágrimas vierte.
Admirado el español
De ver cada vez que vuelve
Que tan tiernamente llore
Quien tan duramente hiere,
Con razones le pregunta,
Comedidas y corteses,
De sus suspiros la causa,
Si la causa lo consiente.
El cautivo, como tal,
Sin excusas le obedece,
Y a su piadosa demanda
Satisface deste suerte:
«Valiente eres, capitán,
Y cortés como valiente:
Por tu espada y por tu trato
Me has cautivado dos veces.
Preguntado me has la causa
De mis suspiros ardientes,
Y débote la respuesta
Por quien soy y por quien eres.
En los Gelves nací, el año
Que os perdistes en los Gelves,
De una berberisca noble
Y de un turco matasiete.
En Tremecén me crié
Con mi madre y mis parientes
Después que perdí a mi padre,
Corsario de tres bajeles.
Junto a mi casa vivía,
Porque más cerca muriese,
Una dama del linaje
De los nobles Melioneses,
Extremo de las hermosas,
Cuando no de las crueles,
Hija al fin de estas arenas,
Engendradoras de sierpes.
Cada vez que la miraba
Salía un sol por su frente,
De tantos rayos ceñido
Cuantos cabellos contiene.
Juntos así nos criamos,
Y Amor en nuestras niñeces
Hirió nuestros corazones
Con arpones diferentes.
Labró el oro en mis entrañas
Dulces lazos, tiernas redes,
Mientras el plomo en las suyas
Libertades y desdenes.
Apenas vide trocada
La dureza de esta sierpe,
Cuando tú me cautivaste:
¡Mira si es bien que lamente!»
«Esta es la causa, español,
Que a llanto pudo moverme;
Mira si es razón que llore
Tantos males juntamente.»
Conmovido el capitán
De las lágrimas que vierte,
Parando el veloz caballo,
Pare sus males promete.
«Gallardo moro, le dice,
Si adoras como refieres,
Y si como dices amas,
Dichosamente padeces.
¿Quién pudiera imaginar,
Viendo tus golpes crueles,
Cupiera un alma tan tierna
En pecho tan duro y fuerte?
Si eres del Amor cautivo,
Desde aquí puedes volverte,
Que me pedirán por voto
Lo que entendí que era suerte.
Y no quiero por rescate
Que tu dama me presente
Ni las alfombras más finas
Ni las granas más alegres.
Anda con Dios, sufre y ama,
Y vivirás, si lo hicieres,
Con tal que cuando la veas
Hayas de volver a verme.»
Apeóse del caballo,
Y el moro tras él desciende,
Y por el suelo postrado
La boca a sus pies ofrece.
«Vivas mil años, le dice,
Noble capitán valiente,
Pues ganas más con librarme
Que ganaste con prenderme.
Alah se quede contigo,
Y te dé victoria siempre
Para que extiendas tu fama
Con hechos tan excelentes».
Yo no sé qué tieni,
ResponderEliminarqué tieni esta tierra
de la Extremaúra,
que cuantis que llegan
estos emprencipios
de la primavera
se me poni la sangre encendía
que cuasi me quema,
se me jincha la caja del pecho,
se me jaci más grandi la juerza,
se me poni la frente möorra.
y barruntu que asina me entra
como un jormiguillo
que me jormiguea...
¡Y luego unas ansias
que me ajogan de juerti que aprietan
con arrempujonis
de lloral sin querel, que me quean
que cuasi reviento
sin poel revental de la pena!...
¡Me dan unas ganas
de metermi con cosas de juerza!...
¡Asín jundo el corti
de la segureja,
que lo mesmo ha caíu esta encina
que si juesi de pura manteca!
Yo no sé qué será lo que adentro
me escarabajea
cuantis llega esti tiempo tan güeno
de la primavera...
Digu yo que serán estos vahus
que jecha la tierra,
que güelin a ricos
y paice que, asín que se cuelan,
como que arrempujan
de adentro pa juera,
y levantan el pecho p'arriba,
y entontecin de gustu que quean...
¡Juy, cómu me sabin!...
¡Juy, Dios, y qué juerza!
Si viniese ahora mesmo aquí Gorio
y quisiesi luchal una güelta...
¡Juy, Dios, qué Goriazo
le jacía pintal en la tierra!
Me gusta esti tiempo
de la primavera;
pero, ¡congrio!, me da mucha rabia
no tenel una cosa que puea
sacalmi del cuelpo
el comuelgo n'a más de la juerza.
“¡Después de los paraísos fiscales, los paraísos judiciales!”. La exclamación es de Daniel Bensaïd (Elogio de la Política Profana, Península, 2009), quien explica cómo Estados Unidos o Israel utilizan la guerra contra el terrorismo para argumentar que torturas, secuestros o “ejecuciones extrajudiciales” deben quedar sin castigo penal. Pero resulta que el modelo está siendo exportado a otros países y a otras batallas, de forma que delincuentes de todo pelaje buscan la creación de sistemas de impunidad. España, por ejemplo, está destapándose como un verdadero paraíso judicial para políticos corruptos.
ResponderEliminarLa idea es buena. Los ladrones públicos del dinero público construyen así un doble sistema de seguridad. Las cuentas y sociedades abiertas en paraísos fiscales sirven para ocultar las comisiones ilegales y los billetes de 500 euros afanados con descaro. Y si por algún accidente o imprevisto trascienden noticias del atraco y algún fiscal o juez honrado se pone a hurgar donde no debe, se activan los mecanismos del paraíso judicial, controlado por personajes dispuestos a mirar hacia otro lado ante una denuncia por corrupción, anular escuchas o inventar interpretaciones jurídicas kafkianas.
Es cierto que este tipo de comportamientos no son nuevos. Baste recordar el caso Naseiro, otro escándalo de corrupción del PP que fue archivado en junio de 1992 por el Tribunal Supremo, alegando deficiencias en la instrucción. Pero ahora se está produciendo un importante salto cualitativo: no estamos ante ejemplos puntuales de impunidad, sino ante un recurso masivo a los mecanismos propios de los paraísos judiciales, y además el sistema persigue y castiga a quien no acepta blanquear la estafa y la prevaricación.
Seamos claros. El indecente comportamiento de Juan Luis de la Rúa, el magistrado más que amigo de Francisco Camps que le salvó de la causa de los trajes regalados y tiró a la basura un informe policial que denunciaba con todo lujo de detalles la financiación ilegal del PP valenciano, demuestra que lo importante no es prevaricar (como presuntamente hizo Camps) sino disponer de un juez dispuesto a prevaricar por ti (como presuntamente hizo De la Rúa). La indecente actuación de los dos magistrados del Tribunal Superior de Madrid que acaban de anular las escuchas en prisión de los cabecillas de la Gürtel demuestra que lo importante no es robar a paladas el dinero de los contribuyentes, sino tener a mano a un par de jueces dispuestos a interpretar convenientemente la ley. La indecente campaña de acoso y derribo montada por una jauría judicial contra el juez Baltasar Garzón demuestra que lo importante no es que un tesorero aparentemente corrupto lleve las finanzas de un partido, sino encontrar a profesionales de la toga dispuestos a acostarse con La Falange si con ello logran saldar sus venganzas y complejos.
Este es el cuadro: los ladrones sin castigo, los magistrados que investigan a los delincuentes a punto de sentarse en el banquillo y los ciudadanos estupefactos. España, paraíso judicial.
Público.com