miércoles, 6 de enero de 2010

Dias de Aceitunas


Durante los días navideños que he pasado en Higuera, la lluvia ha sido la gran protagonista. Días de agua, sucediendose sin apenas tregua ,durante varias semanas han transformado el paisaje hasta unos términos casi inconcebibles para mí, que llevo muchos años observando el efecto del invierno en estos campos.Verdor intenso,arroyos poderosos, cascadas en lugares casi inimaginables,... esta Higuera es en estos días más gallega y asturiana que nunca. Llueve como antaño, como cuando eramos niños, esa infancia que pasamos pisando charcos y secandonos el agua a la lumbre... el agua nos devuelve el verde, la riqueza y un pedazo de memoria a todos los que creíamos haberlos perdido, probablemente, para siempre.
J.L.C.
Jesús
Con el 2010 ha llegado la lluvia a toda España, pero lo  más importante es que en la zona que está ubicado nuestro pueblo ha sido especialmente bien recibida, ya que hace bastante tiempo que solo veíamos “nubes” en el parte del tiempo del telediario, pero incluso ahí pasaban de incógnito.

En estos días cortos y lluviosos, se están recogiendo las aceitunas en todos los pueblos, pero en el nuestro resulta especialmente grato recordar esta actividad, ya que es de las ultimas que se siguen practicando, junto con los pocos huertos familiares que en verano se pueden ver en plena producción.




En la Cruz del Barrero estaba Victorino colocando las mantas y dispuesto empezar a varear otro olivo, por cierto con una buena cantidad de aceitunas.


En la Castellana me encontré con Fausta y Fernando, que regresaban de la jornada matinal de aceitunas, con las las varas de apalear (varear) los olivos.










Más adelante, en la calle de los Guindos encontré a Ildefonso (Ilde) vareando con mucho estilo y a Anastasia con su nieta cogiendo aceitunas del suelo, es curioso como la niña se entretenía cogiendolas, (recuerdo que de pequeño siempre nos aburríamos cuando íbamos con los padres)


Ilde no utiliza las mantas para recogelas, sino que las barre y luego las criba con una caja de fruta, un sistema rústico pero eficaz.



















Siguiendo adelante encontré a Salvadora limpiando las aceitunas con un sistema más moderno, consistente en recogerlas en mantas y limpiarlas en una rampa con rejillas por donde caen las hojas.
También me encontré con Agustín, Miguel y su tío en la calleja de la Caldilla, estaban terminando de recoger las aceitunas en este olivar y también darían por terminada la jornada.





En el pueblo me encontré con Jesús y Eugenio en la viña de Ramón con las mantas extendidas y vareando un olivo.






 En higuera el rendimiento de las aceitunas no ha sido muy alto comparado con otras zonas, pero tampoco excesivamente bajo, Los más mayores dicen que los olivares cercanos a la sierra siempre daban más aceite.


No ha sido una de las actividades principales en las familias de Higuera, pero sí era importante a la hora de proporcionar una parte imprescindible del sustento familiar.


Hoy se recogen para obtener un producto propio y auténtico, ya que los olivares se están abandonando poco a poco y es muy costoso mantenerlos.


Esto es otro síntomas más del decaimiento que está sufriendo, no ya el campo en general, que hace tiempo que es así, sino también del pueblo en particular, queda muy poca actividad laboral, “no hay ganadería”, unas cuantas cabras, algunos caballos para ocio y colmenas).

unamasuno







4 comentarios:

  1. Gracias por acercarnos un poquito al pueblo con este documento tan cercano y entrañable!
    Me ha encantado, es como haber estado un poquito allí!
    Besos grandes!!

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  2. Ole y ole por esos aceituneros!!!!

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  3. Andaluces de Jaén,
    aceituneros altivos,
    decidme en el alma: ¿quién,
    quién levantó los olivos?

    No los levantó la nada,
    ni el dinero, ni el señor,
    sino la tierra callada,
    el trabajo y el sudor.

    Unidos al agua pura
    y a los planetas unidos,
    los tres dieron la hermosura
    de los troncos retorcidos.

    Levántate, olivo cano,
    dijeron al pie del viento.
    Y el olivo alzó una mano
    poderosa de cimiento.

    Andaluces de Jaén,
    aceituneros altivos,
    decidme en el alma: ¿quién
    amamantó los olivos?

    Vuestra sangre, vuestra vida,
    no la del explotador
    que se enriqueció en la herida
    generosa del sudor.

    No la del terrateniente
    que os sepultó en la pobreza,
    que os pisoteó la frente,
    que os redujo la cabeza.

    Árboles que vuestro afán
    consagró al centro del día
    eran principio de un pan
    que sólo el otro comía.

    ¡Cuántos siglos de aceituna,
    los pies y las manos presos,
    sol a sol y luna a luna,
    pesan sobre vuestros huesos!

    Andaluces de Jaén,
    aceituneros altivos,
    pregunta mi alma: ¿de quién,
    de quién son estos olivos?

    Jaén, levántate brava
    sobre tus piedras lunares,
    no vayas a ser esclava
    con todos tus olivares.

    Dentro de la claridad
    del aceite y sus aromas,
    indican tu libertad
    la libertad de tus lomas.

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  4. Estabamos esperando que nuestro poeta nos ofreciera esta magnífica poesia.
    gracias

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Gracias por tu colaboración.

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